La vida de club

Hola! Les quiero comentar que es muy gratificante escribir este blog. La semana pasada tuvimos vistas desde Italia, Estados unidos, Francia, Chile, Argentina, Alemania y Brasil, cosa que me sorprende y me da ánimos para seguir, empuje para darte parte de mí, porque si te sirve un poco yo ya estoy contento.


Hablando con mi seguidor y amigo Enrique,  me hizo una devolución muy interesante y me dijo:

Porque no hablas de las cosas que nos hacen ser visibles en el mundo. Tomando esa idea y comparando los distintos lugares donde pude trabajar, se me ocurrió abordar esta propuesta desde la estructura socio afectiva, en el sentido de cómo un club deportivo enseña accidentalmente esa estructura a los niños que crecen y se desarrollan jugando en él. Seguramente hoy me aleje de lo académico para centrarme en lo emocional.

Haciendo una retrospectiva de mi paso por el club,  veo como mi vida siempre pasó por el club. De chico era la forma de encontrarme con mis amigos, que eran los hijos de los amigos de mis padres que también eran del club, una forma de encontrarme y jugar con mis primos, que por casualidad sus padres también son del mismo lugar. La hermana de mi mamá está casada con un amigo de mi papá que jugó en club, la hermana de mi papá está casada con un jugador entrenador del club, mis primos al igual que yo jugaron al rugby desde infantiles a plantel superior, algunos actualmente somos entrenadores y otros dirigentes, mi esposa es la hija de uno de los mejores amigos de mi padre y su hijo, esta demás decirlo juega en club, y así puedo contar más historias. Pero me fui un poco por las ramas, y lo que quiero demostrar es que el club es una forma de vida, que te da todo sin pedir nada.


Entonces vivís el club desde pequeño, te divertís, lloras, siempre con los colores que amas, creces, jugas, pasas por infantiles,  juveniles, la primera, entrenas, estudias para seguir trabajando ahí, donde sentís cómodo. Todo esto se puede dar porque tenés un lugar de pertenencia, un lugar que es como tu casa sin serlo.

Pero dije que lo iba a comparar con otros lugares donde trabajé como entrenador, y sin mencionar donde, allí  no teníamos un lugar físico donde ir a charlar del club, de las cosas que veíamos mal, o las que estábamos haciendo bien, un lugar donde ir a comer, como armamos en mi club, las “peñas”, donde dos o tres camadas se juntan para cenar algo a la parrilla y en el mejor de los casos uno es ducho para cocinar y tira una comida gourmet, luego están las fiestas, yo me case e hice la fiesta ahí en el quincho de mi club, los tres T hasta cualquier hora… y después me dicen cómo hacemos para tener tanto compromiso por el club… te cuento el secreto, lo vivimos y todo radica en querer ser, ser del lugar que te vio crecer.

Ahora voy a aplicar algunos conceptos que son de equipo, pero que  se adaptan a la integración social.

El club te enseña:

Sistema de Valores: Aceptado por todos y da sentido a los proyectos comunes, te da actitudes ante el esfuerzo, formas de entender la solidaridad y el altruismo, para construir una ética de trabajo cotidiano, como una cultura propia que logra un clima que impregna cualquier actividad.

La frontera de intimidad: Se refiere a la intimidad del club, como se expresan, apodos, formas de relacionarse, la complicidad implícita que facilita el nacimiento de nuevas opiniones compartidas, objetivos, sentimientos generalizados. Construyen su propio mundo.

Nivel de bienestar Personal: Dado por medio del conocimiento de las redes de intercomunicación, que si son fluidas y honestas, se aseguran relaciones interpersonales plenas y satisfactorias que aportan seguridad y bienestar a todos.

Una vez activados, todo esto facilita la integración de todos, despertando su deseo de “estar ahí” y “dar todo”.    

Quizás solo esta última parte englobe todo lo que yo quise expresar anteriormente, asi que si querés saber qué hacer para que los chicos no se alejen del club, ahí te di la receta, VIVILO.


Comentarios

  1. hermosas palabras. Sólo el que vive el club de chico sabe de lo que hablas, cualquiera fuera. Lo importante que es
    tener un lugar de pertenencia, un lugar dónde sabés que no estás solo, siempre hay alguien con quien compartir un almuerzo, una cerveza.....en fin un rato de club!

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  2. Gracias Marian por la mención. Yo viví otro club, uno de unas cuadras más al sur, pero también me veo en esas palabras. También me veo cada año en distintos roles devolviendo algo al club de todo lo que me dio. También es mi casa, cada uno se siente en casa y esos colores si podemos decir estan más que arraigados. El club nos da una manera de vivir el rugby única. No solamente con destrezas (los hay mejores y peores) sino que a esas destrezas se le sume la pasión que caracteriza al jugador argentino.

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