Cuando un kinesiólogo ingresa a un equipo de rugby, uno de sus principales objetivos es colaborar para que todos los jugadores estén disponibles y, de esta manera, el head coach pueda armar el equipo más competitivo para obtener un resultado positivo en el partido que nos toque afrontar.
Esto que suena tan simple es un gran desafío en un deporte como el rugby donde las grandes demandas físicas y las colisiones pueden dejar a nuestros deportistas varias semanas fuera de las competencias.
Pensar en no tener lesionados durante una temporada es una
utopía, sin embargo, conocer minuciosamente las demandas del deporte y sus
riesgos nos brinda la posibilidad de tomar medidas que nos ayuden con nuestro
objetivo previamente descripto.
Bajo mi punto de vista uno de los trabajos preventivos mas importantes, sino el mas, es el que llevan a cabo los preparadores físicos y el head coach junto a sus colaboradores preparando al deportista para que esté a la altura de los pasajes más demandantes del juego. Si el jugador cuenta con las herramientas físicas y técnicas adecuadas según sus características y posición y las puede sostener durante los minutos que se encuentre en cancha, el riesgo de lesión en dicho jugador puede verse disminuido en gran medida.
Planteado lo anterior se nos presenta un dilema: si el
jugador necesita de determinadas cargas de entrenamiento sucesivas para estar
preparado para las demandas más exigentes que el deporte le plantea, ¿cuánta
carga es suficiente? ¿Cuánta debo aumentar la carga para conseguir el máximo
rendimiento de mi deportista sin aumentar el riego de lesión?
La carga en el deportista se compone de una carga externa y una carga interna. La carga externa se relaciona con el entrenamiento en sí, es decir, el volumen, intensidad, densidad y frecuencia con la que los preparadores físicos y entrenadores planifican minuciosamente para lograr el máximo rendimiento de sus equipos.
Por otro lado, no podemos dejar de lado la carga interna que
es aquella la cual nos indica como el jugador percibe la carga y si se esta
adaptando a esta o no. Esta ultima es influenciada por factores psicológicos,
nutricionales, el descanso y el stress, los cuales toman aun mas importancia en
jugadores amateurs como ocurre en el rugby de nuestro país.
Si bien contamos con diversas modalidades y tecnologías para obtener datos de cargas de entrenamiento, una forma que esta al alcance de todos es tomar la carga externa como los minutos que el deportista fue sometido a dicha carga y la carga interna a través de la percepción subjetiva del esfuerzo (RPE). Esta ultima se trata de una escala donde el deportista manifiesta su percepción de cuanto esfuerzo le requirió la carga planificada. Dicha escala va del 1 al 10, donde 1 es reposo y 10 el máximo esfuerzo.
CARGA
TOTAL = CARGA EXTERNA (MIN) X CARGA INTERNA (RPE)
Una vez comprendido lo anterior es que podremos obtener la
carga aguda, la carga crónica y su relación para de esta manera reducir el
riesgo de lesión respecto al manejo de cargas.
La carga aguda (ATL) es la suma de la carga total de cada
entrenamiento de la ultima semana y se relaciona con el estado de fatiga del
deportista.
La carga crónica (CTL) es el promedio de las cargas agudas
semanales de las ultimas 4 semanas y se relaciona con el estado físico del
deportista.
Ratio Agudo/Crónico (ACWR) es la relación entre los dos
conceptos anteriores y nos podemos encontrar con las siguientes situaciones:
·
Si el valor es menor a 0,8 nos indica que la
capacidad física del deportista puede no ser la suficiente para soportar las
demandas del deporte por lo que aumenta el riesgo de lesión si tiene que
competir o va a estar sometido a cargas altas de entrenamiento.
·
Si el valor se encuentra entre 0,8 y 1,3 nos
indica que el deportista este respondiendo bien a las cargas, se esta adaptando
y que podemos progresar la carga de forma segura. (sweet spot)
·
Si el valor es mayor a 1,3 nos indica que hubo
un aumento abrupto de la carga, que el deportista no se pudo adaptar y
estaríamos en una zona de peligro donde debemos prestar atención para descubrir
que nos genero este pico de carga ya que no siempre es la carga externa
planificada la responsable de esto.
Consideramos que esta herramienta nos brinda una gran ayuda
si nosotros buscamos un programa de entrenamiento que tenga variaciones
controladas proporcionando un cambio constante y planificado de las cargas
apuntando a un techo de rendimiento determinado con el menor riesgo de lesión
posible.
Saber aplicar esta estrategia de control de cargas nos
permitirá:
·
Planificar
una sobrecarga
progresiva evitando cambios repentinos en la carga. Todos los
aumentos en la carga deben ser controlados diaria y semanalmente.
·
Reconocer que las cargas intermedias-altas protegen
contra lesiones y las cargas bajas sostenidas representan
un riesgo de lesiones ya que los jugadores no están preparados para
hacer frente a súbitos aumentos de carga ("picos" de carga, por
ejemplo, como puede ocurrir en partidos, torneos o retornando de una lesión).
·
Evitar cargas crónicas elevadas sostenidas y de
larga duración ya que necesitamos periodos de descarga para buscar la
supercompensacion.
·
La recuperación debe ser planificada e
individualizada porque permite la regeneración y aumenta la capacidad del
jugador para tolerar la carga. La recuperación incluye no solo los métodos de
recuperación inmediatos posteriores al ejercicio sino también la cantidad y
calidad del sueño, la nutrición, el stress, entre otros.
·
Evitar las decisiones improvisadas para alterar el
contenido del entrenamiento fuera del plan.
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